Cómo un toldo te brinda privacidad

Proteger del sol y la lluvia son funciones que asociamos siempre a los toldos, pues gracias a su instalación podemos procurarnos un refugio ante estas adversidades climáticas.
No obstante, la sensación de cobijo y seguridad que nos otorgan estos elementos arquitectónicos va mucho más allá de impedir el paso de los rayos solares o de evitar que nos mojemos cuando estamos en un espacio exterior, pues nos brindan también privacidad al impedir que cualquier persona pueda observar lo que hacemos en nuestro propio jardín o terraza.
Esta búsqueda de intimidad no significa para nada que queramos ocultarnos o que hagamos algo malo, sino que es natural que todo mundo busque para sí mismo y los suyos ambientes que les provean de privacidad para no ser interrumpidos por otras personas.
Esta necesidad humana responde a nuestro instinto de seguridad y es por el mismo motivo que ponemos cortinas a nuestras ventanas o preferimos espacios apartados cuando vamos al campo o a la playa, evitando la intrusión de individuos que puedan molestarnos con sus miradas y comentarios.
Así, volviendo al contexto de las áreas exteriores dentro del hogar, un toldo puede hacer una gran diferencia al lograr que estos espacios abiertos sean más agradables y cómodos para la convivencia al estar fuera del alcance visual de vecinos o transeúntes.
Para ello, existen diferentes modelos de los que podemos valernos para conseguir una mayor privacidad, tales como los que se describen a continuación:
- Toldos de caída vertical: se trata de un toldo con un sistema muy sencillo que funciona al enrollar o desenrollar la lona que lo compone. Su mecanismo puede ser manual o eléctrico y es posible instalarlo al exterior de ventanas y ventanales o como parte de otras estructuras para cubrir los laterales, como carpas, pérgolas y palillerías.
- Toldos de brazo de punto recto: es uno de los modelos más usuales y preferidos por los usuarios tanto para uso doméstico, como para negocios. Suelen ubicarse fuera de ventanas y balcones y consisten en una estructura de soporte en la que se encuentra fija la lona del lado de la pared y una vara en la que está sujeto el otro extremo, misma que posee dos brazos que llegan hasta el muro, formando un ángulo con entre esté y la tela.
En Toldos te ofrecemos estas y otras soluciones con las que puedes cubrir tus espacios exteriores del clima y de miradas indiscretas. Contáctanos y permítenos asesorarte.